Las idas y vueltas por Europa

De 1906 a 1908, Mosconi forma parte de la comisión de graduados argentinos enviada a Europa (Bélgica, Italia y Alemania) para realizar un estudio y posterior adquisición de usinas hidroeléctricas y a gas. Para este trabajo, es asignado a los cuerpos de la especialidad de Ingenieros en el ejército alemán. Estuvo durante cuatro años incorporado al Batallón 10 Pioneers de Westphalia, participando de las maniobras imperialistas de 1907, mientras cursó sus estudios de posgrado en la Escuela Técnica Superior de Artillería e Ingeniería de Charlottenburg.

En Alemania también conoce el pensamiento de Friedrich List (1789-1946), economista cuyas ideas industrialistas tuvieron gran influencia en Europa y los Estados Unidos. List pasó más de 20 años en Norteamérica colaborando con representantes del Sistema Americano de Economía Política. En su libro Sistema Nacional de la Economía Política decía que "aquellas naciones que poseen, en la zona templada, un territorio extenso, abundantemente provisto con recursos naturales, dejarían desaprovechada una de las más ricas fuentes de bienestar, civilización y poderío, si no procurasen realizar la división del trabajo y la confederación de las energías productivas conforme a un módulo y esenciales para ello". Esta es la línea de pensamiento que reflejará Mosconi en toda su obra.

En 1909 regresa a la Argentina como Jefe del Batallón 2 de Ingenieros, pero su estadía en el país será por unos pocos meses. A fines de ese mismo año accede a integrar una nueva comisión que se traslada a Europa para adquirir material técnico para el Arma de Ingenieros. Realiza estudios teóricos y desempeña tareas en unidades de telegrafistas y ferrocarrileros en Alemania, Francia y el Imperio Austro-Húngaro.

Regresa a Buenos Aires en enero de 1911 y es destinado a la Inspección de Ingenieros, como auxiliar. El 29 de marzo del siguiente año asciende a teniente coronel y es nombrado Jefe del Batallón 1 de Ingenieros en Campo de Mayo. En 1913 viaja nuevamente a Alemania para la compra de más material para el trabajo de los ingenieros militares, pero la cercanía de la Primera Guerra mundial hace que le sean requisados todos los elementos. En 1914 Mosconi regresa al país y es designado al frente del Arma 1 de Ingenieros. En 1915 es trasladado como subdirector general de Arsenales de Guerra y un año después asume como director del Arsenal "Esteban de Luca", donde comienza a aplicar lo aprendido en Alemania, introduciendo el reemplazo de la energía térmica de carbón por petróleo crudo en hornos de fundición y calderas, y experimentando en fundición de aceros realizados con óxido de Quequén.

Reforma el sistema de arrastre de la ametralladora dándole a ésta un valor táctico del cual carecía; prohíbe en los talleres el uso de maderas extranjeras, y a cambio ordena la utilización de las maderas nacionales; sustituye el cáñamo de importación por el caraguatá mesopotámico, en la fabricación de armería; y se producen granadas de mano de tipo alemán. Repara maquinaria vieja y la pone en funcionamiento a la vez que duplica el índice de producción en los talleres de cartuchería.

Prepara la primera estadística industrial militar del país para poder conocer el tiempo necesario para la construcción de los materiales que una movilización militar requería. Eran ideas provenientes de las teorías económicas "tayloristas" que, por esa época se difundían en el mundo, sobre la maximización del rendimiento en el tiempo de trabajo. Investiga, obtiene y emplea productos del país para la construcción de nuevos cañones para fusil máuser y ametralladoras.

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