En Bolivia

El presidente de Bolivia, viendo la necesidad de la importación de petróleo, hace a la Standard Oil Co. una concesión para la construcción de dos oleoductos para llevar petróleo desde Argentina hacia dicho país. Mosconi interviene sin demora, entendiendo que "la concesión es solicitada por la Standard Oil Co., de actuación conocida en el mundo entero, que en nuestro país se ha destacado por sus procedimientos nocivos a nuestra moral, a nuestra política y a nuestro bienestar, y que actualmente se encuentra en litigio ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación con la Provincia de Salta, cuyos decretos recientes restablecen el imperio de prescripciones legales desconocidas por el Poder Ejecutivo del Dr. Corbalán" (gobernador de Salta).

Este pedido le llega a él de mano del Presidente vía un memorándum de seis páginas referente a un convenio provisional de transporte; un anteproyecto de concesión de oleoducto desde la mina Mirtle, sobre el río Bermejo y Manuel Elordi, donde ha establecido depósitos y refinería la Standard Oil Co. Además, pide concesión para construir, paralelamente a las tuberías de petróleo, cañerías de agua, cañerías para conducir gas natural, que podrá ser empleado por el concesionario para cualquier uso privado o público; líneas telegráficas y telefónicas y estaciones de radio, un ferrocarril de vía angosta, las líneas de luz y fuerza eléctrica requeridas y, finalmente, los muelles necesarios en el río Paraguay o en el Paraná.

Mosconi se opone rotundamente a lo que considera tanto una violación de la soberanía nacional como de la de Bolivia: "Considero que no conviene a los intereses de nuestro país acordar la concesión de ninguno de los dos oleoductos en cuestión, el segundo de los cuales constituye un verdadero corredor de 1.500 kilómetros de longitud desde la frontera de Bolivia hasta los puertos de nuestro litoral, que se entregaría a la Standard Oil Co. para uso de ella y del gobierno de Bolivia".


"Semejante solicitud de concesión no corresponde al estado moral y a la capacidad económica, técnica e industrial de nuestro país, en virtud de lo cual el Poder Ejecutivo que nos preside, con altas miras de resguardar la riqueza de los yacimientos y defensa de nuestro patrimonio y de nuestra tranquilidad política, ha concretado y sostiene conceptos monopolistas integrales de la industria petrolífera".

"Es, sin embargo, posible dar satisfacción al pedido del Gobierno de Bolivia tomando nuestro Gobierno a su cargo la construcción de dos oleoductos, es decir, el de Aguas Blancas o Embarcación y el de Cuiba a Formosa, Santa Fe o Campana".

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